jeudi 24 novembre 2011

Taller "Jóvenes personas libro"


El pasado jueves, 24 de noviembre, los alumnos de 4º bilingüe tuvimos la suerte de asistir al taller “Jóvenes Personas Libro”, dirigido por Antonio Rodríguez Menéndez, fundador de La Escuela de Lectura de Madrid de donde procede el Proyecto Fahrenheit 451. El nombre de dicho proyecto, también llamado “Las personas libro”, proviene de una novela distópica (lo contrario a una utopía) publicada en 1953 a manos de Ray Bradbury. El término “Farenheit 451” equivale a 233ºC, la temperatura a la que tenemos que someter a los libros para que ardan. Dicha novela trata de una sociedad en la que el gobierno impide a sus ciudadanos poseer libros, ya que al leer éstos piensan, y al pensar se hacen diferentes, lo que les llevaría a cuestionar las acciones del gobierno, el que vela por la igualdad absoluta de todo hombre. El protagonista, Montag, empieza a mostrar cierta curiosidad por los libros y consigue reunir algunos, pero su afán por indagar en el mundo de la lectura le causa una serie de problemas hasta verse obligado a huir de la ciudad. Montag huye al bosque, y allí se encuentra con un grupo de exiliados que se hacían llamar “Las Personas Libro”. Este grupo de personas se encargaban de memorizar un libro cada uno y difundirlo oralmente para que de esta manera no cayeran en el olvido y pudieran ser imprimidos algún día Bien, ahora que conocéis algo sobre la historia de Farenheit 451, podéis adivinar cuál era el fin del taller: convertirnos en jóvenes personas libro. Todos los alumnos del curso 4ºESO bilingüe nos aprendimos un trozo del libro que elegimos, nos dieron vía libre, sin censura. Cogimos nuestro libro preferido y nos aprendimos de memoria la cita que más nos gustó, ya estábamos preparados para encontrarnos con Antonio en la biblioteca de Poniente. Nos colocamos en círculo, de manera que nos pudiésemos ver las caras. Si uno hablaba, nos dirigíamos a todos por igual. Estábamos nerviosos, deseando soltar nuestra cita y volver a nuestro sitio, había un señor con una cámara de un canal de televisión local que multiplicaba nuestro estado por cien o por mil. Pero cuando Antonio empezó a hablar, nos dimos cuenta de lo equivocados que estábamos todos. No se trataba de soltar un puñado de palabras sin más, no, era mucho más que eso. Este señor nos dio un voto de confianza, un punto de apoyo para seguir adelante, para no rendirnos nunca y luchar siempre por aquello que deseamos. Nos enseñó a hablar con palabras de chocolate fundido, adaptándonos a cada situación, confiando en nosotros mismos por encima de todo. Cuando nos tocó hablar a nosotros, ya estábamos mucho más tranquilos, asique nos dispusimos a decir voluntariamente nuestras citas. Fue una experiencia genial para todos compartir fragmentos de nuestros libros favoritos, convertirnos en personas libro por un día. Sólo queda dar las gracias, tanto a Antonio por compartir su proyecto con nosotros como a nuestra profesora de Lengua, Fuensanta, por elegir a nuestro curso y llevarnos a dicho taller. Desde ese día, de alguna manera u otra, confiamos un poco más en nosotros mismos. De parte de todos los alumnos de 4º bilingüe, os animamos a todos a convertiros en personas libro. Si buscáis por internet, podréis encontrar a mucha gente que se ha aprendido un trozo de un libro y se ha grabado recitándolo para posteriormente compartirlo con los demás por la red. Esperamos poder encontrarnos otra vez con Antonio Rodríguez, ha sido una experiencia magnífica para todos nosotros.
Elena Pérez Sánchez, 4º ESO C

1 commentaire:

  1. profesora, yo creo que Elena tiene muchisima razón.
    Para mi ha sido una experiencia inolvidable, puede que sí, que me escogieran a mi para hablar, que en ese momento no supe apreciar lo que hacía y lo que ese hombre hacía por mi y lo mas importante que en ese momento yo no había aprendido a valorar el modo en que nosotros utilizamos las palabras, de una forma u otra, yo creí que siempre era igual, pero con él, me di cuenta de que estaba equivocada, que cada forma de hablar está para un momento exacto en el que lo utilicemos.
    A mí, él me dió un gran voto de confianza, me hizo levantarme, salir fuera y escuchar la fuerza que realmente tenía su palabra, que en ese momento era de chocolate fundido. Me hizo repetir una y otra vez "amigos os voy a contar..." y ni una sola vez me salió como a él, pero aún así, el tuvo confianza en mi y no cesaba de darme pequeñas o grandes oportunidades, no lo se. Gracias a él aprendí a expresarme con los dedos de mis manos, a dirigirme a la gente que quiero como debe de hablarsele para que se den cuenta de lo que sentimos y sobre todo aprendí que alguien existe cuando le respiramos, algo que no nos damos cuenta pero que expertos como él o sólo él hacen de ello un juego y una forma de vivir.
    Yo, ojalá y lo digo sinceramente alguna vez pudiese ser como él, que amase aquello que me gusta y que además pudiese ayudar a gente en talleres como estos a no tener vergüenza de lo que sienten y que nunca dejen de intentar aquello que quieren con todas sus fuerzas.
    Voy a dejar de comentar porque creo que me estoy enrrollando demasiado, solo agradecer a todos aquel voto de confianza, a Fuensanta por llevarnos a aquel expléndido taller y sobre todo a Antonio Rodríguez que me hizo darme cuenta de la importancia de saber hablar.

    RépondreSupprimer